El año 2020 estuvo marcado por los numerosos cambios que surgieron a causa de la pandemia de coronavirus, pero también, por el dolor que representa la pérdida de miles de personas que no lograron sobrevivir.
Además, fue un año en el que los niños tuvieron que adaptarse a las estrictas medidas de confinamiento, a las clases a distancia, a entretenerse entre las cuatro paredes de su vivienda y lidiar con dramáticas situaciones familiares. Todo a causa de una pandemia que generó una crisis sanitaria y económica sin precedentes que afectó a todos.
Tras las dificultades del año pasado, una madre de Liberal, Kansas, Estados Unidos, quería ofrecerles a sus hijas una experiencia especial en Navidad.
Leticia González, es madre de unas gemelas de cuatro años, Luna y Gianella, y pensó que sería genial para ellas escribirle sus deseos a Santa o Papá Noel y unirlos a globos inflados con helio que lanzarían al cielo.
Así lo hicieron, y para las gemelas fue un momento inolvidable elevar sus globos en forma de estrella a las nubes.
Lo que jamás pensaron era que un mes después, un abuelito que vive a más de 1.046 kilómetros encontraría uno de los globos enredado en un árbol caído.
“Toda mi vida soñé con encontrar un globo con solo un nombre y número y llamar y decir: ‘Encontré tu globo’”, escribió Alvin Bamburg, de Shreveport, Louisiana.
Las gemelas pidieron un deseo al lanzar sus globos, pero al encontrar uno de ellos el mayor sueño de este abuelito se hizo realidad. Finalmente, había hallado un globo y quería contactar a su dueño.
“Vi una nota adjunta. Y esta nota, estaba sellada con una estrella roja, la abrí y era la lista de deseos de Navidad de Luna”, relató el abuelito.
El globo había sido lanzado por una de las gemelas de la familia González, y su madre nunca contempló la posibilidad de que alguien lo encontrara y menos que sus hijas tendrían respuesta a sus deseos.
“Simplemente pensé que era algo lindo y una forma diferente de enviarle una carta a Santa, además de la forma habitual de enviarla por correo”, dijo Leticia.
Confesó que el día que lanzaron los globos, ella pensó que se perderían, que se quedarían atrapados entre árboles por el viento. Pero no fue así, y uno de los globos de estrella viajó 1046 kilómetros y llevó a manos de Alvin Bamburg.
El abuelito y su esposa publicaron el hallazgo en su perfil de Facebook y en menos de 24 horas supieron que era de las gemelas.
Cuando la familia González regresó de sus vacaciones en México, se enteraron del destino final del globo de Luna.
Luna le había pedido a Santa un caramelo, una pelota de Spiderman, una muñeca de Frozen, un cachorro y un peluche de My Little Pony. Gianella, le había pedido dulces, pegatinas, flores, aretes y un peluche igual al de su hermana.
Desde que los abuelitos compartieron la imagen, muchas personas se conmovieron, sus amigos les dijeron que querían donar los regalos de la lista.
“Obtuvimos todos los regalos que pudimos, el cachorrito fue el más difícil de encontrar”, dijo Alvin.
Después de contactar a la familia, Alvin envió por correo postal los regalos para las gemelas, pero faltaba el perrito.
Como el cachorro debían entregárselos personalmente, emprendieron un viaje para ir a la casa de la familia González. Los padres de las gemelas acudieron a su encuentro y se encontraron a mitad de camino para acortar el trayecto.
Luna y Gianella se sorprendieron mucho, su reacción al ver a su perrito emocionó a los abuelitos que se sentían complacidos por hacer la entrega y ser los encargados de hacer sus deseos realidad.
“Me sentí como si fueran familia. Cuando se llevaron al cachorro, simplemente nos colmaron de comida y regalos. Y volveremos allí en uno o dos meses. Vamos a llevarles algunas golosinas típicas de Louisiana”, relató Alvin.
Leticia, la madre de las gemelas, dijo que fue una bendición que el abuelito haya encontrado el globo y la carta de sus hijas.
“Estamos muy bendecidos. Gracias. Gracias por hacer felices a mis niñas. Siempre serán parte de nuestra familia”, dijo en una entrevista.
La madre dijo que cuando las gemelas hablan de Alvin se dibuja una gran sonrisa en su rostro.
“Las escucho decir Alvin y sonríen. Y eso significa todo. El mundo ha sido malo el año pasado. Así que, si puedes hacer sonreír a una sola persona, créeme, no solo los ayudará, sino que te hará sentir mucho mejor”, reflexionó Leticia.
La madre dijo: “Todavía existen muchas personas maravillosas en esta Tierra. Incluso si es un extraño que se toma un tiempo para hacer feliz a alguien”.
El gesto de solidaridad inspira a muchas personas, el desenlace del globo que lanzaron las pequeñas fue realmente grandioso. Compártelo.
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fuente: viralistas.com