Rich Cushworth, de nacionalidad inglesa y residente en los Estados Unidos, y Mercy Casanalles, de origen salvadoreño, se conocieron y se enamoraron en Dallas, Texas.
Pronto Mercy, de 39 años, se quedó embarazada y debido a que vivía en Texas por motivos de sus estudios y permanecía con una visa temporal de El Salvador, tuvo que volver a su país para dar a luz. Pero Rich tuvo que quedarse en Estados Unidos, ahí esperaba con ansias a su mujer y poder conocer a su hijo.
Todo marchó con normalidad en el parto de Mercy en El Salvador, pero cuando le entregaron a su bebé que lo llamaron Jacob, se dio cuenta de que algo estaba terriblemente mal.
La noche anterior la orgullosa madre tuvo a su bebé en sus brazos por unos segundos y recuerda que tuvo una breve impresión de que se parecía a su marido, que es de tez blanca. Pero tan pronto la enfermera se lo entregó al día siguiente, su instinto maternal le hizo saber que algo no estaba bien.
«Cuando lo sostuve, dije: Este no es mi bebé», dijo Mercy a los medios.
Algo en el fondo le decía que ese bebé no era suyo, y su apariencia física parecía de un niño con rasgos marcadamente latinos siendo que ella lo es.
Pero en medio de la emoción de tener en su regazo a un bebé tan indefenso como adorable, por un momento pensó que serían ideas suyas, y que tampoco le creerían si decía lo contrario. De todos modos se lo dijo a la enfermera, pero le aseguró que el bebé que tenía en brazos era Jacob.
Mercy salió del hospital y regresó a Texas para encontrarse con su marido. Pero esa corazonada se mantenía intacta. Y a pesar de que el cariño por Jacob cada vez iba en aumento, 3 meses después ella no soportó más la incertidumbre y llevó a su pequeño para hacerle una prueba de ADN, aunque en el fondo sentía remordimiento por si salía negativo y habría pensado que su bebé no era suyo.
Los resultados de las pruebas confirmaron sus terribles sospechas: Jacob no era su hijo. Lo más desgarrador es que ya habían pasado 3 meses y el pequeño ya era parte de su vida. Suyo o no, ya lo adoraban.
La única pregunta que les rondaba era: ¿Si Jacob no era suyo, dónde estaba su hijo biológico?
«Dios nos ha dado a este niño y, de alguna manera, alguien nos lo ha quitado», dijo Mercy.
Un mar de emociones se apoderó de Mercy y Rick, pero finalmente ella decidió viajar de regreso a El Salvador para recuperar a su hijo biológico y lograr reunir a Jacob con sus verdaderos padres.
Después de contactar a los oficiales salvadoreños apropiados, después de que hicieran pruebas de ADN a todos los bebés que nacieron en el hospital el mismo día que Jacob, Mercy pudo recuperar a su bebé, el que nunca debió separarse de su lado, al que llamó Moisés.
Pero no todo era felicidad. Tras devolver a Jacob a sus padres, Rick Cushworth tuvo que volver a Dallas porque Mercy fue obligada a quedarse junto a Moisés en su país debido a que el gobierno salvadoreño se negó a emitirle un visado para que pueda viajar a los Estados Unidos.
Después de un año entero de trámites, finalmente Mercy logró llevarse a su bebé para reunirse con su marido en Texas, pero apenas lo pudo hacer con una visa temporal de 3 meses.
Tras la más dura de las batallas con el gobierno, Mercy finalmente regresó a Texas con Rich, pero espera firmemente que se pueda resolver definitivamente su situación migratoria. Además, no descartan la posibilidad de algún día reunirse con Jacob, el hijo que también los hizo felices durante unos meses.
Rick y Mercy, por su parte, demandaron al hospital y al ginecólogo, debido a que según su abogado se presume que el doctor estaba implicado en un negocio de tráfico de bebés. Pero después la pareja decidió retirar los cargos y ahora se centran en conseguir una solución migratoria para el pequeño Moisés.
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