Una mujer de 39 años ha conmovido a todos con las desgarradoras imágenes del momento más difícil de su vida: la pérdida de su pequeño de hijo de 13 semanas.
Tammy Ireson ha publicado las imágenes como parte de su proceso de sanación tras la terrible crisis que atravesó e intenta alentar a otros padres que han sufrido por la muerte de sus hijos.
Esta mujer del condado de Norfolk en Inglaterra, vio con terror cómo la vida del hijo que había buscado por más de 20 años se terminaba. El pequeño Wilber nació en mayo de 2018 con una rara mutación genética que le causó una enfermedad del núcleo central.
Esto afectó sus músculos para el movimiento y le produjo una artrogriposis severa, mejor conocida como rigidez en las articulaciones.
Las imágenes en cuestión, que tanto han conmovido a todos en las redes, muestran el momento en que Tammy cargaba a su pequeño por el pasillo del hospital, poco antes de ser desconectado de soporte vital.
«Por primera vez desde el nacimiento de Wilber, pude llevarlo a caminar. Pero cuando me moví por el pasillo con Wilber en mis brazos, me di cuenta de que era nuestra primera y última caminata juntos y me quebré. Ese es el momento que Mark capturó en la imagen», dijo Tammy.
A las 11 semanas, el niño sufrió un paro cardíaco que lo dejó sin oxígeno y le produjo un daño irreparable a su cerebro.
La condición del pequeño no era una sorpresa para esta mujer y su pareja, ya que a las 20 semanas de embarazo los médicos le advirtieron que algo no marchaba bien. No obstante, Tammy decidió continuar y no interrumpir la vida de su hijo.
“Ya lo amaba tanto y creía que merecía una oportunidad en la vida. Su pronóstico parecía malo y no quería que sufriera, pero también tenía la esperanza de poder llevarlo a casa algún día”, confesó Tammy.
El pequeño Wilber nació a través de una cesárea de emergencia, después de que su madre desarrollara una preeclampsia a las 32 semanas de embarazo. Su condición era bastante delicada, no podía moverse ni respirar por su cuenta y necesitaba atención las 24 horas.
A pesar de todo esto, Wilber era el niño perfecto para esta madre quien no se arrepiente de los pocos días que pudo tenerlo con vida.
«En las semanas transcurridas desde que Wilber nació, establecimos una conexión hermosa y llegué a conocer su fuerte personalidad. Lo amaba mucho y podía sentir cuánto me amaba», dijo la mujer.
Apenas el niño nació, los médicos se percataron de que no podía respirar. A pesar del terrible pronóstico esta madre se rehusaba a abandonarlo y tenía esperanzas de llevarlo a casa.
Pero tras sufrir un paro cardíaco a las 11 semanas que afectó irremediablemente su cerebro, la madre decidió no hacerlo sufrir y dio la orden para desconectarlo del soporte vital.
Ahora, Tammy Ireson lleva consigo un pequeño elefante de peluche que contiene las cenizas de su hijo y es capaz de reproducir el sonido de latido del corazón de Wilber.
De algún modo, esta madre y su pareja Mark han logrado salir adelante a pesar de todo su dolor y este es el mensaje que Tammy quiere transmitirles a tantos padres.
«El dolor por un niño perdido nunca disminuye, pero de alguna manera nos volvemos lo suficientemente fuertes como para soportarlo», dijo Tammy.
Esta mujer sólo espera que las imágenes del drama que sufrió la ayuden a conectar con tantos padres afligidos para poder contactar con ellos y ayudarles a pasar el dolor juntos. Tammy quiere encontrarle un motivo a su tragedia y desea hacerlo a través de la ayuda y acompañamiento a los demás.
Por favor comparte la historia de esta mujer y ayúdala a llevar adelante su propósito en nombre del pequeño Wilber.
Compartir en Facebook Siguiente